Crisis del Pensamiento
En el marco de un mundo cada vez más enraizado y subsumido por las relaciones económicas que supeditan a las relaciones sociales, nos encontramos ante una estructuración del pensamiento que parte de la visión mercantilista y determinista de la teorías económicas y políticas, es decir que la institución imaginaria de la sociedad es marcada y dicta sus políticas, códigos, normas, leyes y estamentos de todos los campos sociales a través de una heteronomía que en principio busca ser instituida en los sujetos socializados para que estos sean incapacez de criticar, reflexionar y transformar todas las instituciones imaginarias sociales y los campos sociales para la emancipación y autonomía de la sociedad, sino más bien para mantener el Status Quo de las clases dominantes. Y luego, lo que se busca dentro de esta heteronomía instituida es la destrucción de los contenidos socioculturales desde sus bases epistémicas y gnoseológicas, esto es un mundo donde los significados cada día son más pequeños e insignificantes, en donde las representaciones cobran características reduccionistas y minúsculas que al mismo tiempo se transforman en imágenes-representaciones miméticas de la realidad. Todo ello para que estos contenidos reducidos y descontruidos puedan convertirse en capitales socioculturales mercantilizados en una sociedad de mercado.
Esto quiere decir que una economía de mercado origina una sociedad de mercado, y al haberla el pensamiento también es influenciado porque es supeditado a la lógica de lógicas, que es la mercantilización de todo. Por ello cuando el pensamiento es supeditado por una estructura lógica económica-mercantil la capacidad de crear contenidos socioculturales se ve imposibilitada, porque el objetivo del sistema económico es la maximación de ganancias y acumulación de capitales, tanto económico como socioculturales haciendo posible el ejercicio de poder en las élites dominantes de los distintos campos con distintos capitales (económicos, políticos, culturales, simbólicos, etc). Este ejercicio de poder que realizado mediante las instituciones imaginarias de la sociedad en todos los campos sociales busca la alienación y la heteronomía de las sociedades, lo cual veremos reflejado en las siguientes categorías de la crisis del pensamiento:
Crisis Política
Para esto nos remitimos al discurso que dio el ex presidente del Uruguay José Mujica en Río +20 en el año 2012 la crisis mundial no es un crisis ecológica –es política-. Y claro está cuando las élites económicas, como es el Banco Mundial o el Fondo Monetario Internacional dictan políticas, cuando se reúnen naciones y organismos mundiales para hablar de estrategias económicas de consumo, de austeridad, de inversión, de estancamiento económico o de inyección económica, de políticas estatales o privadas, de importaciones o exportaciones que no han resuelto ninguna crisis. El capitalismo se sabe ya que existe una ley histórica que crea sus crisis y se alimenta de ellas para seguir dominando el mundo, pero a pesar de los tratados y acuerdos económicos (dominados por las élites económicas) no existen acuerdos políticos. Se habla que hay humanos ilegales, violaciones de derechos humanos, destrucción ecológica, corrupción, pobreza, desnutrición, guerras, xenofobia, pederastia y tantas aberraciones sociales que somos incapaces de resolverlas. Y esa incapacidad se debe a que el poder (económico, político, cultural, simbólico) dicta que no hay que politizar las cosas. No hay que politizar la salud, no hay que politizar la seguridad, no hay que politizar la educación, no hay que politizar la justicia, en fin no hay que politizar las instituciones y campos sociales que ellos dominan.
La pregunta que nos hacemos es porqué el miedo a politizar sus instituciones, veamos la significación de la palabra política en su etimología, proviene de polis que es ciudad-estado, Politeia que es teoría de la polis y está estrechamente ligado con Paideia que es la educación para la vida. Parafraseando a Juan Carlos Monedero donde politizar algo es hacer y estar consciente de que existen conflictos y diferencias inevitables entre colectivos e individuos (Curso Urgente de Política para Gente Decente, Juan Carlos Monedero 2013). Es por ello que las élites dominantes mantienen sus Status Quo diciendo que no hay que politizar sus instituciones, porque están negando los conflictos, por lo tanto están asaltando a la verdad y ejerciendo un poder-violencia estructural que impide que la polis se “politice”. Al negar el conflicto, negando la politización de sus instituciones, están negando que existan las relaciones sociales y los intereses comunes de la polis, y por ende los sustentos socioculturales populares para resolver la crisis política.
Y vemos claramente como las incapaces autoridades tecnócratas niegan la politización de la UNAH, niegan las relaciones sociales que mantiene la institución con la sociedad, con la polis, con las comunidades y pueblos indígenas y autóctonos de Honduras. E imponen desde su institución imaginaria de la universidad y el campo universitario un habitus heteronómico que para tener éxito en la universidad se requiere de:
- Capital Económico, capaz de financiar su educación; y cultural y social heredado, que provenga de clases sociales Aptas para tener una “oportunidad” en la educación superior.
- Capital Académico, es que tenga un buen nivel de secundaria.
- Capital de Poder Universitario: Posición en el gobierno universitario para hacer cambios.
- Capital de poder científico: Posición en un ente de investigación.
- Capital de prestigio científico, teniendo publicaciones en revistas indexadas.
- Capital de notoriedad intelectual, que sea invitado distinguido en conferencias y reconocido.
- Capital de poder político y económico, compadrazgos políticos y económicos sea familiares o amistades.
- Disposiciones políticas, que tenga disponibilidad en la participación de actividades extracurriculares.
Las contradicciones en el campo universitario son entre el capital heredado económico y político, y por tanto social; y su contrario que es el capital cultural que es configurado por el capital científico e intelectual. (Homo Academicus, Pierre Bourdieu 1984) Es decir, que existe una contradicción entre el sub campo social universitario y el sub campo científico-intelectual universitario, las bases epistemológicas de ambos son contrarias, son paradigmas divergentes.
Es claro que al no haber política, no hay relaciones sociales, es decir no se cuenta con los sustentos multiculturales, populares y sociales para la emancipación y autonomía colectiva de la sociedad. Por lo tanto, es imposible e insostenible seguir con esta crisis política de no politizar y por ende, buscar acuerdos para solventar las problemáticas que corresponden a la polis.
Crisis Paradigmática de alteridad
Vivimos de una atemporalidad. Para ello partimos del hecho que el tiempo es ligado a la capacidad de producción y creación de nuevos eidos, es decir de nuevas instituciones imaginarias de la sociedad y nuevos campos sociales que se adapten a las necesidades, aspiraciones y potencialidades de las sociedades. En tal sentido, existe una imposibilidad de cambio, una crisis de alterar el curso heterónomico de las instituciones imaginarias de la sociedad, y por ende de los campos sociales que permitan reconfiguraciones de los habitus.
Dentro del campo Paideia el paradigma cambiante es el siguiente:
- De interdisciplinariedad a transdisciplinariedad
- De fragmentación del conocimiento a integración del conocimiento
- Del desarrollo de pensamiento al desarrollo de la inteligencia
- Del currículo estático predeterminado al currículo dinámico indeterminado
- Del centrarse en enseñar a centrarse en aprender
- De las organizaciones burocráticas (universidad, escuelas, facultades) a comunidades de aprendizaje
- De la simplificación a la complejidad
En tal sentido y ampliando estos cambios paradigmáticos, nos encontramos ante el salto de una sociedad vieja a una nueva, pero el problema es que la sociedad vieja no ha terminado de irse y la nueva no ha terminado de llegar. Es por ello la crisis paradigmática de la alteridad, porque a pesar de tener nociones de lo viejo y lo nuevo, no se ha podido concretar cambios paradigmáticos que resulten pertinentes y relevantes para las sociedades.
Esta crisis paradigmática de alteridad se ve opacada porque las ciencias siguen desarrollando nuevas tecnologías, siguen habiendo descubrimientos y nuevos diseños, sigue habiendo innovación en las tecnologías. El hecho es que el paradigma actual no es sostenible para el planeta ni la sociedad, ya que sus sustentos son aislados y contradictorios de las sociedades, y que el paradigma nuevo no contiene suficientes sustentos metodológicos y epistemológicos para quedarse en la sociedad del siglo XXI, es por ello la crisis. Y sin la definición del paradigma alterno es imposible salir de la crisis del pensamiento.
La incapacidad de crear alteridad, es la imposibilidad de ser creativos. Esto es que la creatividad es la acción productora de contigencias evenenciales (La creatividad como aspecto de un replanteamiento de la teoría sociológica de la acción, Javier L. Crisitano 2011) y como somos incapaces de ser creativos, hemos marginado la imaginación por la racionalidad economista-mercantil. Y eso resulta claro cuando se impone en el discurso de los números y las estadísticas que no miden la realidad social, que no miden la capacidad productora de crear alteridad por medio de la creatividad, que no miden el impacto de la transformación de la sociedad en los procesos de vinculación universidad sociedad, que no miden el miedo, la angustia, la esperanza, los sentimientos, el bienestar común y universal, es un paradigma que presupone la racionalidad mercantilista frente a la realidad social, sus necesidades, aspiraciones, intereses, anhelos y potencialidades.
Crisis del Proyecto Educacional
Las megatendencias que están marcando los proyectos educacionales es hacer revoluciones educativas que permitan cambiar el paradigma educativo y además propicien instituciones nuevas acorde a las realidades de las sociedades. Carlos Tünnermann en su libro Modelo Educativos y Modelo Académicos nos da un marco para un análisis, comprensión y reinvención de las universidades, en tal sentido podemos categorizar en los siguientes puntos:
- Proyecto Educativo: Visión y Misión de la Universidad, lo cual es el Ser y Debe Ser de la institución acorde a las realidades, necesidades y aspiraciones de la sociedad. Esto son los sustentos Teleológicos y deontólogicos de la Universidad.
- Modelo Educativo: Concretar y definir explícitamente de manera clara y entendible el paradigma educativo, en términos pedagógicos, para tener referencias de cómo aplicarlo a la docencia, investigación, extensión, vinculación y servicios. Lo cual es los sustentos epistemológicos, gnoseológicos y ontológicos de la Universidad.
- Modelo Académico: Organización académica (Facultades, Escuelas y departamentos) y Diseño Curricular. Los cuales son los sustentos Metodológicos en dinámica con lo anterior, para poder concretar el proyecto educativo y modelo educativo.
Y es claro que seguimos con los mismos modelos educacionales napoleónicos de escuelas, facultades e institutos, de maestros que están al frente de los estudiantes y de metodologías desfasadas y escolásticas-memorísticas. En el caso de la UNAH tenemos contradicciones en el modelo educativo que no define un paradigma educacional ya que combina ambos creando una crisis en el proyecto educacional ya que no persigue ni concretiza el proyecto educativo, por un lado habla de aprendizaje centrado en el estudiante, por otro lado que el centro es el docente, por otro lado habla de la enseñanza es lo importante, por un lado de facultades y escuelas y por otro lado comunidades de aprendizaje, el modelo educativo es un Copy and Paste ya que como tal no cuenta con los sustentos epistemológicos, gnoseológicos y ontológicos para saber cómo el estudiante universitario hondureño aprende. Y en el caso del proyecto educativo la UNAH parte de supuestos teleológicos y deontológicos ya que no fueron construidos con la comunidad universitaria.
Así como lo dicta la UNESCO en los principios de la Educación Superior que fueron discutidos en la Conferencia Mundial de la Educación Superior en París 2009, donde dice tácitamente que para garantizar la calidad y la pertinencia educativa tiene que existir una democratización de la Universidad, esto es la Participación de los actores educacionales, y en específico de las y los estudiantes universitarios, cuestión que es contraria en la UNAH.
En definitiva estas 3 crisis del pensamiento conllevan no sólo a la imposibilidad hacer cambios paradigmáticos de acuerdo a la realidad de la polis con proyectos educacionales constituyentes e instituyentes, sino que también al decaimiento del mismo pensamiento en un profundo abismo que muy posiblemente no haya salida y nos encontremos al borde del colapso mundial, y por lo momentos el colapso nacional ya que la UNAH ha sido incapaces de realizar los cambios y transformaciones que la sociedad demanda, necesita y aspira.
Crisis Estructural:
En Honduras existe un modelo oligárquico-financiero nuevo que surgió después de la reconfiguración de las fuerzas sociales y productivas en el golpe de Estado de 2009. Este nuevo modelo hegemónico ha profundizado las crisis económicas, socioculturales y políticas, y eso es claramente visible en las estadísticas que el mismo gobierno otorga. Este modelo estructural que: beneficia al capital financiero, concesionando recursos naturales; privatizando los servicios públicos, para la tercerización y mercantilización de los mismos; utilizando las instituciones estatales para mantener el Status Quo, un sistema educativo desintegrado y completamente aislado servil a los intereses oligárquicos; políticas fiscales y monetarias restrictivas, encaminadas al aumento del interés en los productos de consumo; y reducción de las políticas sociales, que es la reducción de la inversión social.
Y por ello es claro que la oligarquía-financiera no le interesa que exista exclusión en todo el sistema educativo nacional, desde preescolar hasta universidad, para ellos eso es normal. Además dentro el subsistema informal educativo que contiene los medios de comunicación y los dueños del capital mediático y simbólico ejercer el poder mediante los medios de comunicación diciendo que la Universidad está bien así como está, apelando al orden y deslegitimando haciendo cada vez más ininteligible la capacidad de un cambio sistémico e integral de la educación nacional para la transformación de la sociedad. La oligarquía-financiera ocupa seguir manteniendo el Status Quo y no propiciar un cambio estructural en el país, es por ello que tienen piezas indicadas en el tablero de ajedrez educativo: Marlon Escoto, en el ministerio de educación y Gonzalina Castellanos, en la rectoría de la UNAH. Dos personajes que su única habilidad es apelar al orden, y no a la construcción de revoluciones educativas democráticas para la transformación de la sociedad hondureña.
Es por ello que debemos evidenciar que el modelo oligárquico-financiero neoliberal es el que posiciona y propicia las reformas educativas que los beneficien para mantener la hegemonía y el Status Quo de seguir dominando un país con altas tasas de violencia e inseguridad, con niveles de analfabetismo que no propicien salir del subdesarrollo y la dependencia, con baja tasa de matriculación universitaria, con altos índices de pobreza y pobreza extrema, con altos índices de corrupción, con inseguridad social, con caos en los procesos electorales, con alta tasa de casos no resueltos, con desnutrición y trabajo infantil, entre otros, pero que al fin y al cabo siguen habiendo diferencias diametrales y asimétricas en la distribución de las riquezas que propicien la transformación de Honduras.
Para entrar de lleno en el tema universitario ligado a la crisis estructural citaremos la obra del profesor Boaventura de Sousa Santos, la universidad del siglo XXI que nos habla de tres crisis.
La crisis institucional
Que es una consecuencia de la contradicción entre la reivindicación de autonomía en la definición de valores y objetivos de la universidad y la presión para someterla a criterios de eficiencia y productividad empresarial o de responsabilidad social. La afirmación de la autonomía de las universidades se dio al mismo tiempo con la privatización de la educación superior, que es la creación del mercado de los servicios universitarios; y el incremento de la crisis financiera de las universidades públicas, para que estas busquen financiamiento de la cooperación externa y así endeudarse.
La mercantilización de la universidad es un proceso que tiene dos fases. En la primera, que va del inicio de la década de 1980 hasta mediados de la década de 1990, se expande y se consolida el mercado nacional universitario. En la segunda, al lado del mercado nacional, emerge con gran fuerza el mercado transnacional de la educación superior y universitaria, el que a partir del final de la década es transformado en solución global de los problemas de la educación por parte del Banco Mundial y de la Organización Mundial del Comercio. O sea, que está en curso la globalización neoliberal de la universidad.
Los niveles de mercantilización son dos: El primer nivel de mercantilización consiste en inducir a la universidad pública a sobreponerse a la crisis financiera mediante la generación de ingresos propios, especialmente a través de alianzas con el capital, sobre todo industrial. En este nivel, la universidad pública mantiene su autonomía y su especificidad institucional, privatizando parte de los servicios que presta. El segundo nivel consiste en eliminar paulatinamente la distinción entre universidad pública y privada, trasformando la universidad, en su conjunto, en una empresa, una entidad que no produce solamente para el mercado sino que produce en sí misma como mercado, como mercado de gestión universitaria, de planes de estudio, de diplomas, de formación de docentes, de evaluación de docentes y estudiantes.
Las ideas que presiden la expansión futura del mercado educativo son las siguientes:
- Vivimos en una sociedad de la información. La gestión, la calidad y la velocidad de la información son esenciales para la competitividad económica. Dependientes de la mano de obra más calificada, las tecnologías de información y comunicación tienen características que no sólo contribuyen para el aumento de la productividad, sino que son también incubadoras de nuevos servicios donde la educación asume un lugar destacado.
- La economía basada en el conocimiento exige, cada vez más, capital humano como condición de creatividad en el uso de la información, aumento de la eficiencia en la economía de servicios e inclusive como condición para la empleabilidad; cuanto más elevado sea el capital humano, mayor es su capacidad para transferir capacidades cognitivas y aptitudes en los constantes procesos de reciclaje a los que obliga la nueva economía.
- Para sobrevivir, las universidades tienen que estar al servicio de estas dos ideas maestras –sociedad de la información y economía basada en el conocimiento– y por eso tienen que ser ellas mismas transformadas a través de la tecnología de la información y de la comunicación y de los nuevos tipos de gestión y de relación entre los trabajadores del conocimiento y entre estos y los usuarios o consumidores.
- Nada de esto es posible en la permanencia del paradigma institucional y político pedagógico que domina a las universidades públicas. Este paradigma no permite: que las relaciones entre los públicos relevantes sean relaciones mercantiles; que la eficiencia, la calidad y la responsabilidad educativa sean definidas en términos de mercado; que se generalice en las relaciones profesor-alumno la mediación tecnológica (presente en la producción y consumo de objetos materiales e inmateriales); que la universidad se abra (y se torne vulnerable) a las presiones de los clientes; que la competencia entre “los operarios de la enseñanza” sea el estímulo para la flexibilidad y la adaptabilidad a las expectativas de los empleadores; la selectividad en la búsqueda de los nichos de consumo (léase reclutamiento de estudiantes) con más alto retorno para el capital invertido.
- Frente a esto, el actual paradigma institucional de la universidad ha sido sustituido por un paradigma empresarial al que deben estar sujetas tanto las universidades públicas como las privadas, y el mercado educativo en el que estas deben intervenir debe ser diseñado globalmente para poder maximizar su rentabilidad. El beneficio (concesión, privilegio) dado a las universidades privadas se traduce en una más fácil adaptación de ellas a las nuevas condiciones e imperativos.
Por ello es palpable y claro cuando las autoridades incapaces anuncian a todas luces que la gestión universitaria no está parada, en detrimento de las recuperaciones de territorio que hace el MEU. Es decir, no importa lo que hagan los estudiantes, lo importante es que estamos trayendo la cooperación internacional, cooperación con la industria nacional, venta de servicios como ser: laboratorios, diplomados, cursos, conferencias, cultura, academia, etc todo se ha mercantilizado, y lo importante no es la cuestión académica sino la venta de servicios y la cooperación tanto nacional como internacional.
La crisis de legitimidad
Provocada por el hecho de haber dejado de ser una institución consensual, frente a la contradicción entre la jerarquización de los saberes especializados, por una parte, a través de las restricciones del acceso y certificación de competencias, y por otra parte, por las exigencias sociales y políticas de la democratización de la universidad y la reivindicación de la igualdad de oportunidades para las clases populares.
Contrario al conocimiento univeristario surge el conocimiento pluriuniversitario, que es un conocimiento contextual en la medida en que el principio organizador de su producción es la aplicación que se le puede dar. Como esa aplicación ocurre extramuros, la iniciativa de la formulación de los problemas que se pretender resolver y la determinación de los criterios de relevancia de estos son el resultado de un acuerdo entre investigadores y usuarios.
El conocimiento pluriuniversitario es un conocimiento transdisciplinar que por su propia contextualización obliga a un diálogo o confrontación con otros tipos de conocimiento, lo que lo convierte internamente en más heterogéneo y más adecuado para ser producido en sistemas abiertos menos perennes y de organización menos rígida y jerárquica. Todas las distinciones en las que se apoya el conocimiento universitario son cuestionadas por el conocimiento pluriuniversitario y en el fondo es la propia relación entre ciencia y sociedad la que está cuestionada.
El conocimiento pluriuniversitario ha tenido su concretización más consistente en las alianzas universidad-industria, y por lo tanto, bajo la forma de conocimiento mercantil. Especialmente en los países centrales y semiperiféricos el contexto de aplicación ha sido también no mercantil, dándose en el ámbito cooperativo y solidario, a través de alianzas entre investigadores y sindicatos, organizaciones no gubernamentales, movimientos sociales, grupos sociales especialmente vulnerables (inmigrantes ilegales, desempleados, pacientes crónicos, ancianos, portadores de sida, etc.), comunidades populares, grupos de ciudadanos críticos y activos.
Debido a la venta de servicios, alianzas público privadas y cooperación internacional se ha concebido concepciones contradictorias y confrontaciones en los conocimientos universitarios, siendo una dialéctica entre el sentido y fundamentación epistemológica de lo que es ciencia, y el pensamiento y conocimiento gnoseológico de la sociedad, de lo popular y multicultural, de la ecología de saberes. Es por ello que la UNAH es incapaz de responder a las demandas sociales porque existen contradicciones epistémicas entre la ciencia y la sociedad, por lo tanto se crea un muro titánico y perimetral entre la sociedad que es algo aislado y a parte de la universidad, convirtiendo de esta manera a una universidad que no responde a la sociedad, sino que a los intereses de ella misma, es decir la venta de servicios, alianzas público-privadas y cooperación internacional para poder seguir metiendo en el mercado mano de obra calificada, convirtiendo a la sociedad en una sociedad de mercado.
La crisis de hegemonía
Resultante de las contradicciones entre las funciones tradicionales de la universidad y las que le fueron atribuidas a lo largo del siglo XX. La incapacidad de la universidad para desempeñar cabalmente estas funciones contradictorias provocó que el Estado y los agentes económicos buscaran fuera de ella medios alternativos para lograr esos objetivos, de esta forma la universidad dejó de ser la única institución en el campo de la educación superior y en la producción de la investigación, creándose las instituciones privadas de educación superior que también ofrecen esos servicios universitarios. Lo que se traduce en la reducción de lo público y ampliación de lo privado, es cuando se crea el mercado universitario y se empieza a reducir las capacidades institucionales de la universidad pública para empezar a desarrollo y mercantilizar las universidades privadas. Hoy en día se cuenta con sistemas de educación superior privatizados, es decir que existen 17 universidades privadas y 4 públicas en Honduras.
El tránsito del conocimiento universitario al conocimiento pluriuniversitario es un proceso mucho más amplio que la mercantilización de la universidad y del conocimiento producido por ella. Es un proceso más visible hoy en los países centrales aunque esté presente también en los semiperiféricos y periféricos, en los que ha tenido lugar a lo largo de las dos últimas décadas; se trata de otra transformación altamente desestabilizadora para la universidad, una transformación que, estando relacionada con la globalización neoliberal, no tiene dimensiones económicas ni se reduce sólo a la mercantilización de la universidad. Es por el contrario, una transformación eminentemente política.
La incapacidad política del Estado y del proyecto nacional repercutió en una cierta incapacidad epistemológica de la universidad, en la generación de desorientación en relación con sus funciones sociales. Las políticas de autonomía y de descentralizaciones universitarias, adoptadas entre tanto, tuvieron como efecto dislocar las bases de esas funciones de los designios nacionales para los problemas locales y regionales. La crisis de identidad se instaló en el propio pensamiento crítico y en el espacio público universitario –que el alimentó y del cual se alimentó– puesto en la urgencia de olvidarse de sí mismo, para no tener que optar entre, por un lado, el nacionalismo aislacionista del cual siempre se distanció y que ahora se tornó totalmente anacrónico, y por otro lado, una globalización que por efecto de escala miniaturiza el pensamiento crítico nacional, reduciéndolo a la condición de idiosincrasia local indefensa ante este imparable torrente global.
Estas tres crisis que plantea Boaventura de Sousa Santos se ven clara dinamizadas en la UNAH cuando las élites dominantes pretenden asaltar la Universidad para equipararlas e insertarla en una competencia del libre mercado de la educación junto a 17 universidades privadas; cuando dejó de responsabilizarse por resolver los problemas de país y se preocupó más por la elitización y corporativización (y ahora una universidad de corte militarista-policiaco) de la universidad poniendo en primer lugar la imagen vendible o mercantilizable de la universidad; cuando se colocó un muro perimetral entre en la universidad y la sociedad, para distanciarlas cada vez más perdiendo de esa manera el sustento popular y multicultural que propiciaría una universidad pública de los intereses comunes –de la polis-; y por último se tiene que simple y sencillamente ya no cuenta con sustentos epistemológicos para posgrados e investigación científica que resuelvan problemas de país, sino que se está centrando en la venta de servicios, alianzas público-privadas y cooperación internacional.
La crisis de los tres ejes de las universidades
Para poder tener una universidad que responda a las necesidades de país y de ese modo transformar la realidad saliendo así del subdesarrollo y la dependencia, se requiere que la educación universitaria sea de calidad es decir que permite tener enfoques pedagógicos, didácticos y andragógicos que dinamicen: la apropiación de los diferentes contenidos socioculturales y económicos de las sociedades y comunidades; la profundización de estos contenidos para empezar el proceso de sistematización; y por último la transformación de estos contenidos. Y para que garantizar la educación de calidad es necesario una participación democrática de los sectores educacionales, así como lo dicta los principios establecidos en la conferencia mundial de educación superior de la UNESCO de 2009 celebrada en parís. Es decir que la participación estudiantil es un garante de la calidad educativa para la transformación del país.
En tal sentido se observa un retroceso a los procesos académicos ya que no se garantiza la educación de calidad por medio de la participación estudiantil, siendo esta la crisis de: ¿Qué es universidad? ¿Para qué la universidad? ¿Cuál es la universidad que necesitamos para transformar nuestra realidad? ¿Y cómo construimos esa universidad que deseamos?, en otras palabras tenemos una crisis del ser y debe ser de la universidad en sus cimientos epistemológicos, ontológicos, teleológicos y metodológicos.
Esta falta de sustento para tener una universidad de acuerdo a nuestra realidad y como transformarla se refleja directamente en los tres ejes de docencia, investigación y vinculación, agravándose y profundizando la crisis universitaria en un proceso de contrarreforma universitaria que viene desde el 2009 que fue la última reconfiguración de las fuerzas sociales y productivas, y por lo tanto las élites y oligarquías del país, donde tiene cabida el nuevo régimen julietista.
La docencia
En este eje es donde se vislumbra a simple vista la crisis universitaria, ya que en el mismo es el que existe más desarrollo en la universidad debido a la paupérrima investigación y vinculación universidad sociedad. En tal sentido la docencia como proceso que provee el pensamiento crítico, reflexivo y transformador se ve en crisis ya que no existe pedagogía y didácticas en las metodologías de enseñanza y aprendizaje. Existe un umbral abismal entre la enseñabilidad del docente y la aprendabilidad del estudiante, queriendo ser el estudiante el foco central del proceso de enseñanza y aprendizaje. En ese sentido no se comprende las dimensiones de observar, interpretar, sistematizar y generalizar ya que no hay una dinámica entre la epistemología y la metodología de los 4 tipos de aprendizajes: Aprender a aprender o conocer, aprender a hacer, aprender a ser y aprender a convivir.
De esta crisis que surge de la falta de sustento para crear una dinámica entre lo epistemológico y metodológico de los 4 tipos de aprendizajes, que se refleja en cascada en: las dimensiones de observar, interpretar, sistematizar y generalizar; proceso de enseñanza y aprendizaje; y por último en las macro categorías de pedagogía y didáctica, quedando de esta manera una crisis epistemológica y metodológica de la docencia porque no se sustenta en el ser y el debe ser de la universidad.
Las categorías de la crisis de docencia:
- Pedagogía y didáctica: No existen procesos de iniciación y perfeccionamiento continuos de una nueva carrera docente.
- No existe distinciones entre enseñabilidad y aprendabilidad: lo que origina una crisis de cómo centrar el proceso de enseñanza y aprendizaje en el estudiante.
- Dinamización de aprender a conocer, aprender a hacer, aprender a ser y aprender a convivir. Que es la falta de sustento: ontológico, porque no se comprende el ser como tal y por lo tanto como en la mente del estudiante se desarrollan un magma de subjetividades entre las instituidas y las instituyentes nuevas; gnoseológico y epistemológico, porque no se conoce como es la concepción y generación del conocimiento científico, y por lo tanto no se sabe cómo enseñar en base a como aprende el estudiante; y por teleológico, no se sabe cómo desde la educación se va a transformar el país.
Investigación
Dentro de un marco global de educación las universidades en el mundo se centra en su mayoría en el eje de investigación científica para la creación e innovación de las ciencias, tecnologías y aplicaciones tanto en el descubrimiento de nuevas propiedades, el uso de viejas y nuevas, así como darles un uso para la transformación y resolución de problemas teniendo en cuenta que debe beneficiar la humanidad, de esa manera crear más confort y calidad humana. En tal sentido, la UNAH como máxima casa de estudios se encuentra sumida en una crisis estructural de la investigación científica porque no contempla la realidad local, comunal, regional y nacional para poder estructurar estrategias y planes de investigación científica para la transformación de la sociedad desde la visión y misión de la sociedad. Y es aquí precisamente donde volvemos a recaer sobre la crisis de que la universidad no tiene un Debe Ser y Un Ser que sea de acuerdo a la realidad de país.
Los institutos y unidades de investigación que existen en las distintas facultades y centros regionales no tienen lineamientos estratégicos para su implementación hacia construir una cultura de la investigación científica ni una aplicación de la misma para el desarrollo científico y tecnológico para crear nuestros propios productos o insumos tecnológicos y entrar dentro del nuevo cambio paradigmático científico que se está gestando a nivel mundial. No es posible que no existan prioridades y líneas de investigación científica de acuerdos a las disciplinas y áreas de las ciencias puras, ciencias sociales, ciencias médicas, ciencias jurídicas, etc. Ciencias que gestan y coadyuvan para la construcción del pensamiento crítico, reflexivo y transformador, y así poder crear nuestra soberanía científica y tecnológica desde Honduras convirtiendo a la UNAH en un centro de postulados para la transformación del país y el mundo.
Y la crisis más aguda se encuentra en los centros universitarios regionales y centros regionales ya que ninguno de ellos hay facultades académicas, en tal sentido no existen espacios académicos para la creación, desarrollo y seguimiento de estrategias de investigación científica. Es por ello que la investigación científica en su gran mayoría está centralizada en Ciudad Universitaria, debido a que existen facultades y a ellas se les asigna un presupuesto (no suficiente) que pueden desarrollar las pocas investigaciones que hacen.
Las categorías de la crisis de investigación
- Un plan nacional con lineamientos estratégicos y prioridades que no responde a las necesidades, aspiraciones, anhelos y potencialidades de las localidades, comunidades y regiones del país para poder crear soberanía e independencia científica y tecnológica desde las disciplinas y áreas académicas.
- Falta de presupuesto e infraestructura de investigación científica lo que imposibilita la creación de una cultura de investigación científica que propicie el desarrollo de la innovación y creatividad para la resolución de problemas de país, así como el descubrimiento de nuevas propiedades y/o teorías y usos de las ciencias y las tecnologías.
- Centralización de la investigación científica en Ciudad Universitaria dejando de lado los centros universitarios regionales y centros regionales, ya que estos propiamente no cuentan con las facultades, por ende de espacios académicos para el desarrollo de ciencia y tecnología, y que por lo tanto sea pertinente y relevante a sus realidades.
Vinculación
En Latinoamérica es muy común ver la influencia de las universidades en la sociedad, debido a que Latinoamérica se ha caracterizado porque ha imperado sobre ella un modelo neoliberal y neocolonial que permite que empresas trasnacionales compren y usen los recursos naturales, y así también que el capital acumulado sea extraído para la creación del capital financiero en un mundo globalizado. En tal sentido, de dependencia y subdesarrollo de Latinoamérica ha habido y hay movimientos sociales que buscan el desarrollo de las sociedades y se han dado cuenta, que precisamente, un factor sumamente importante dentro de los aparatos estatales de hegemonía y mantenimiento del Status Quo son las Universidades como instancias que permiten la creación del pensamiento crítico y la elaboración y profundización de las ciencias y tecnologías.
En tal sentido, estos movimientos sociales han visualizado la necesidad que las universidades latinoamericanas tengan una gran incidencia en los procesos sociales para la transformación y salir de la pobreza, desnutrición, violencia, corrupción, el subdesarrollo y la dependencia, es la creación y ejecución de una vinculación universidad sociedad que propicie y coadyuve el proyecto de emancipación de las comunidades y sociedades de la Latinoamérica.
Es por ello que la UNAH ha fallado y entrado en el algo más allá de una crisis de falta de vinculación, sino que un caos y decaimiento de la posibilidad de brindar apoyo para los sectores vulnerables y vulnerados por la violencia estructural del modelo neoliberal, neoestractivista y neocolonial. Por lo tanto se necesita que la vinculación, como eje esencial para el desarrollo del país, deba crearse bajo los sustentos populares, multiculturales y liberadores de las comunidades y culturas de Honduras.
Las categorías de la crisis de vinculación
- Una universidad que no hace frente al modelo neoliberal, neoestractivista y neocolonial sólo propicia y legitima la violencia estructural.
- Una universidad cuya visión es mantener la hegemonía y status quo de las élites económicas y oligárquicas violenta directamente a las poblaciones vulneradas y vulnerables socioeconómicamente y culturalmente.
- Y una universidad sin el sustento popular y multicultural desde las comunidades, localidades y regiones hacia la creación de un nuevo currículo universitario, simple y sencillamente no se conocen las realidades, necesidades, aspiraciones, anhelos y potencialidades para resolver las problemáticas y desarrollar esas zonas vulnerables y vulneradas.
Para garantizar la calidad educativa así como la pertinencia de la universidad debemos tener una participación estudiantil activa y deliberativa dentro de la comunidad universitaria a través de las asociaciones de carrera, de facultad, la FEUH y los órganos de cogobierno: Comité Técnico de Carrera, Junta Directiva de Facultad y el Consejo Universitario. Sólo el ejercicio de la ciudadanía universitaria en la construcción de comunidad universitaria nos permitirá construir la nueva universidad. Es por ello que demandamos a los 4 vientos DEMOCRATIZAR LA UNAH.
El Movimiento Estudiantil Universitario es el espacio social en el cuál se ejerce ciudadanía universitaria a través de las asociaciones estudiantiles y movimientos independientes, así como también aquellos espacios sociales de los pueblos originarios y autóctonos de Honduras. Hoy este ejercicio de ciudadanía universitaria del MEU nos permite en un proceso social de autopoiésis poder crear una comunidad universitaria, un campo social caracterizado por tener un capital humano social y consciente capaz de ejercer poder estudiantil en las instancias organizativas de autogobierno y cogobierno universitario.
Hoy más que nunca el MEU ha demostrado que tiene el capital intelectual y académico para hacerle frente a las autoridades universitarias, es por ello que el camino señalado por el MEU de acuerdo a toda la Crisis Sistémica de la UNAH es la democratización de la universidad, tanto en los órganos de gobierno universitario como en los espacios sociales y académicos que puedan responder a las necesidades y aspiraciones de la sociedad hondureña para la transformación de la misma. No pueden existir normativas académicas que no sean construidas democráticamente respondiendo a las necesidades de Honduras y del estudiante, no se puede hablar de calidad y pertinencia educativa sin la participación estudiantil que garantice la academia universitaria.
¡DEMOCRATIZAR PARA CONSTRUIR!
¡CONSTRUYAMOS COMUNIDAD UNIVERSITARIA!
¡POR UNA NUEVA UNIVERSIDAD DEMOCRÁTICA, POPULAR Y MULTICULTURAL!
#NTC
Bibliografía
Curso Urgente de Política para Gente Decente, Juan Carlos Monedero 2013.
Homo Academicus, Pierre Bourdieu 1984
La Institución Imaginaria de la Sociedad, Cornelius Castoriadis 1975.
La creatividad como aspecto de un replanteamiento de la teoría sociológica de la acción, Javier L. Crisitano 2011
Modelos Educativos y académicos, Carlos Tünnermann 2008.
Conferencia Mundial de Educación Superior UNESCO, Paris 2009
La Universidad del Siglo XXI, Boaventura de Sousa Santos 2006.