La Filosofía de la Historia es la rama del conocimiento filosófico que se encarga del estudio sistemático de la naturaleza del movimiento histórico o sea, su dinamicidad, compostura e historicidad. En este sentido la filosofía se encarga de estudiarlos aspectos metafísicos del movimiento histórico, cuestión que escapa al conocimiento científico e historiográfico. Este problema radica en la naturaleza distintiva del conocimiento filosófico y científico, y esta naturaleza no podría ser otra que el objeto de estudio de dichas disciplinas que determinan su constitución epistemológica y gnoseológica. La Filosofía de la Historia se pregunta qué es lo que causa el movimiento histórico, la naturaleza dinámica de los cambios de época, cuestión que es totalmente Metafísica. En cambio, la ciencia histórica se pregunta sobre los aspectos fenoménicos del cambio y acontecer histórico–social (cuestionante científica. En este sentido la teoría que más se ha preguntado y a tratado de abarcar toda la fenomenología social de forma omnicomprensiva, ha sido la teoría marxista. Aunque hay que aclarar que esa tendencia omnicomprensiva del marxismo y su teoría de la historia lo llevó por una senda peligrosa, a querer abarcar todo el conocimiento y hacer creer que era el “método” por antonomasia. El marxismo crítico ofrece una visión flexible sobre el devenir social, una dialéctica de la Historia y una dialéctica del sujeto –objeto. Aunque no llega a superar el racionalismo objetivista heradado del hegelianismo, el cual lo hace caer en reificaciones de la historia y de los sujeto- La ontología marxista se enfoca en su análisis societal en los aspectos contradictorios de los sistemas Históricos, un ejemplo de esto es la dialéctica de las clases sociales (lucha de clases como motor de la Historia) contrarios al empirismo y al neopositivismo de algunas escuelas historiográficas que no ven en las estructuras socio Históricas más que individuos aislados y atomizados compitiendo en la lucha por sobrevivir, el marxismo analiza al individuo determinado por cierta coyuntura histórica y a la vez este individuo determina la sociedad debido a la relativa libertad praxiologica para determinar el curso de los acontecimientos sociales. La finalidad de la historia es la potenciación y realización de todas la radicalidades humanas,es el terreno en el cual el hombre concreto desenvuelve y realiza su constitución existencial (Sartre)y su constitución ontológica (ser Histórico)sentido de la Historia seria la auto-rrealización de la libertad humana, la realización de la cultura, de la subjetividad. Vivimos en y para la Historia, en eso radica la ineluctable historicidad del ser. Aquí una de las relaciones de la historia con la ontología, ya que nada está totalmente desconectado de nada (monismo) aunque los sectores de la realidad tienen relativa autonomía ontológica (Gustavo Bueno) El científico muchas veces no es muy dado a hacer estudio sobre los menesteres de su actividad científica ya que muchas veces tienen una formación empirista-positivista y mira con desdén los aspectos que se salen del radio de la práctica experimental, que ya serian aspectos epistemológicos de la misma. En este caso el historiador no es muy dado a hacer filosofía de la historia, trabajo que normalmente lo hace el filosofo por diversas razones. Pero insisto que para tener una visión totalitaria y radical sobre el devenir social y la naturaleza humana hay que hacer uso de toda una plétora compleja y categorial para aprehender la verdadera esencia y causalidad del movimiento histórico. Sobre eso me refiero a los aportes de marxismo y la teoría de la lucha de clases como motor de la Historia, al igual que los aportes de la Filosofía, Sociología, Historia, Psicología y algunos aspectos de la metafísica existencialista. La filosofía de la historia no debe de confundirse con la discusión sobre el status epistemológico de la ciencia histórica, la filosofía de la historia se mueve en otro ámbito ontológico de relaciones societales sobre el devenir social. La historia como ciencia existe desde el siglo XIX y fue creada al calor del positivismo y el marxismo clásico. El positivismo con la escuela histórica alemana aportó serios y sendos trabajos para la creación y la irrupción de la historia como ciencia. Historiadores como Ranke, hicieron de esta disciplina; una ciencia estricta. El marxismo tuvo y contribuyó mucho para la irrupción de una ciencia histórica aunque éste tema se oscurece por el marxismo dogmatico y se minimiza el papel del positivismo en la construcción de una ciencia histórica. . Como escribió E. Carr en su libro ¿Qué es la Historia? . «Solía decirse que los hechos hablan por sí solos. Es falso, por supuesto. Los hechos sólo hablan cuando el historiador apela a ellos: él decide a qué hechos se da paso,y en qué orden y contexto hacerlo» Los hechos históricos no se explican por sí solos, el historiador es aquí donde interviene como científico y hace uso de la objetividad y también de la subjetividad pues no hay objetividad pura, el historiador interviene con sus prejuicios al momento de ordenar e interpretar los hechos históricos. Los ordena según sus criterios metodológicos y les da coherencia teórica. El hombre es un ser histórico en contraposición a los seres de la naturaleza en ese sentido tenía razón Ignacio Ellacuría que en su «filosofía de la realidad histórica» argumenta que la historia es la búsqueda del ser, de esa realidad sentiente, el hombre está inmerso en una realidad que es dinámica contraria a los seres de la naturaleza que es extática. El hombre por su misma naturaleza se está haciendo constantemente así mismo y en eso reside su naturaleza histórica dinámica, el hombre es un ser de realidades diría Xavier Zubiri. La filosofía de la historia surge en el siglo XVII y el término es acuñado por Voltaire que argumentaba que era necesario que la historia tuviera su propia disciplina filosófica, que se encargara de especular sobre la naturaleza radical y el significado de fenómeno histórico. ¿Qué es la historia? Se preguntaran muchos filósofos, preguntas que los historiadores positivistas dejaron de hacerse pues simplemente comenzaron a alejarse de las especulaciones filosóficas para adentrarse en el mundo empírico de los datos y los puros hechos históricos. Tiene la historia un carácter teleológico? Casi todas las posturas filosóficas desde San Agustín a Hegel y Marx tienen un carácter teleológico o escatológico de la historia, es decir que la historia tiene o debería de tener un final o un fin determinado, obviamente con estas afirmación es nos adentramos en el mundo de los determinismo históricos y los casualismos. Los debates han sido intensos y aun no han sido solucionados, últimamente el historicismo alemán con wilhelm Dilthey y Benedetto Croce han retomado la batuta de las concepciones teleológicas de la historia.Normalmente estos debates han estado alejados de las preocupaciones teóricas más inmediatas de los historiadores que no soportan o aceptan que los filósofos les digan cómo interpretar la historia y muchos menos como escribirla. Al historiador le interesa escribir la historia al filosofo le interesa los caracteres metafísicos y ontológicos del ser histórico, y cuál es el ser histórico, pues no es otra cosa que el hombre. El hombre organizado en sociedad diría más tarde Marc Bloch en la escuela de los Annales. Un filósofo que fue muy crítico de los historicismos y los intentos de profetizar en torno a la historia fue sir Karl Popper, su crítica se centraba en que los pensadores y filósofos como Hegel y Marx cometían un terrible error en querer asumir posiciones de profetas de la historia, en Hegel era la idea del saber absoluto y del devenir cíclico de la historia en Marx era la llegada del comunismo, el salto al reino de la libertad. La historiografía ni la ciencia histórica jamás podrán prescindir de la filosofía para reconstruir los complejos procesos históricos posiblemente en algún momento escriba algún tratado sobre este tema ya que en Honduras no han sido escritos tratados completos sobre el tema, tal vez de forma esporádica pero no de forma sistemática. Maurice Brinton nos dice: Las masas hacen la historia, pero no la escriben. Y los que la escriben están casi siempre más interesados por el culto del antepasado y la justificación retrospectiva que por una presentación equilibrada de los hechos. Esta es una arremetida de Brinton hacia los historiadores que están acostumbrados a tergiversar los hechos históricos a su antojo, sabiendo la gran responsabilidad que implica escribir la historia pues es lo que quedara dicho sobre determinada sociedad y lo que las generaciones futuras sabrán sobre la sociedad narrada. El problema de las masas y de la élites no es un problema que atañe estrictamente a la filosofía de la historia pero si a la historia como ciencia y mas a la politología, sociología, antropología política. Pero el problema de quien hace la historia es crucial en la filosofía de la historia pues sobre el problema siempre se ha oscurecido y en la filosofía de la historia antigua los sujetos de cambio no eran las masas eran los reyes y las élites. El marxismo introdujo esa visión de las masas como sujetos de cambio en el materialismo histórico los únicos sujetos de cambio son las masas pero estas como dice Brinton no la escriben. Walter Benjamín nos dice: La lucha de clases, que no puede escapársele de vista a un historiador educado en Marx, es una lucha por las cosas ásperas y materiales sin las que no existen las finas y espirituales. A pesar de ello estas últimas están presentes en la lucha de clases de otra manera a como nos representaríamos un botín que le caben suerte al vencedor.Están vivas en ella como confianza, como coraje, como humor, como astucia, como denuedo, y actúan retroactivamente en la lejanía de los tiempos.Acaban por poner en cuestión toda nueva victoria que logren los que dominan.Igual que flores que tornan al sol su corola, así se empeña lo que ha sido, por virtud de un secreto heliotropismo, en volverse hacia el sol que se levanta en el cielo de la historia. El materialista histórico tiene que entender de esta modificación, la más imperceptible de todas. La materialidad de la historia consiste en aquella visión que Marx descubrió en la objetividad de la materia como componente esencial en la configuración de los procesos sociales, la materialidad de la historia en contraposición a la reificación de la historia que esta había sufrido bajo el idealismo objetivo y subjetivos la historia solamente se reducía al movimiento del espíritu, de la conciencia pero desconectada de su entorno material. Los materialismos gnoseológicos había y siguen insistiendo en que la historia es subjetividad y objetividad consumada, donde la conciencia de las masas se realiza junto a la existencia ontológica de la naturaleza, la cual esta tiene que modificar. Al final la historia y contestando la pregunta de H. CARR; la historia: es la realización de la conciencia del hombre, la realización del ser, de la ontologización de la existencia humana; y para mezclarla con la clásica definición de la escuela de los Annales, es también, el estudio del hombre organizado en sociedad a través del tiempo y esta es la conceptualización historiográfica, la más famosa, sencilla y clásica. La historia en el campo donde el hombre crea sentido, es el dominio dónde se crea formas ontológicas de lo histórico-social, en ese sentido la historia es el campo de la creación constante del sentido,, no sentido en el de forma existencial- sino más bien de forma societal y de socialización, de subjetivad e intersubjetividad. Esa creación constante de sentido nos lleva a la concepción ontológica de la indeterminación y determinación de los procesos históricos. ¿Existen leyes en la historia? Al ser la historia el campo de la creación destrucción de significados, el viejo concepto positivista de la ley ineluctable para explicar la causalidad de los procesos sociales e históricos queda anulada; la ley era una forma epistemológica de la ciencia decimonónica para elevar a “Ciencia estricta” parafraseando a Husserl las montañas de datos y darle una inexpugnable legitimidad a lo descubierto, cuestión en la que Marx cayó en su concepción mesiánica y determinista de la histórica donde le dio prioridad a las ineluctables “leyes históricas” que a la praxis transformadora de la lucha de clases que era el lado activo que heredó de Hegel, pero Marx se fue por el lado duro de la CIENCIA y el sistema cerrado. Estamos viviendo una nueva etapa, una etapa de crisis de los viejos paradigmas, y en nuestro país- estos debates brillan por su ausencia, hablo de la crisis de los paradigmas positivistas, neopositivistas, la obsesión epistemológica por la “objetividad y la ley” heredada de la razón moderna y el marxismo. Los viejos paradigmas positivistas y estructuralistas, de naturaleza moderna, racionalidad, objetividad, linealidad, teleología, necesidad, normativismo, universalidad, van dando paso a nuevos modelos de construcción del relato histórico según patrones fenomenológicos, hermenéuticos: interpretación, ruptura, azar, relativismo y localismo. Esta nueva etapa no es otra que la posmodernidad y su obsesión epistémica por lo fragmentario y el micro relatos, esa insistencia en el ataque constante a la construcción de la razón moderna de los grandes meta relatos y la racionalidad exacerbada.
Referencias bibliográficas:
Ellacuría, Ignacio, Filosofía de la realidad histórica, San Salvador, UCA Editores, 1990 Carr, Ed. H, ¿Qué la historia?, Barcelona, Ariel,1981 Febvre, lucien, Los Combates por la historia, Madrid, Ariel, 2013. Pescador, Augusto, Ontología, Buenos Aires, Losada, 1960.