Karel Kosik fue un filósofo checo, nacido en Praga en 1926, militante del partido comunista de Checoslovaquia y fallecido en 2003, fue luchador inclaudicable contra el nazismo, prisionero en los campos de concentración nazi y un renovador de la dialéctica marxista en el siglo XX. La labor filosófica de Kosik inicia en los años 60 donde participa en coloquios y conferencias, puso su filosofía de lo concreto al servicio de la Primavera de Praga, como sabemos en agosto de 1968 los tanques soviéticos invaden Praga y el proceso de democratización es interrumpido y Kosik es apartado de todo proceso de investigación y enseñanza y del movimiento político comunista. Algo similar le sucedió a Agnes Heller, pero ella corrió mejor suerte.
A mi parecer Dialéctica de lo concreto es uno de los libros más importantes sobre dialéctica del siglo XX, junto con Crítica de la Razón Dialéctica de Sartre, Dialéctica y Sociología de George Gurvith. Un libro que trata de retomar la ontología de la existencia del ser social de Marx, ahí donde el dogmatismo lo había dejado, abandonado, donde el dogma no había dejado avanzar la dialéctica como diría Garaudy. El pensamiento de Kosik está teniendo otra vez en Europa y América Latina algo de eco, se han producido nuevas investigaciones, tesis doctorales, aunque sea aun marginal, pero que denota preocupación por el quehacer teórico de este pensador algo olvidado. La filosofía del siglo XX fue una pléyade de corrientes teóricas desde el ratiovitalismo, la fenomenología de Husserl, el neopositivismo, la hermenéutica, la filosofía analítica, la escuela de Frankfort, el marxismo. El marxismo y la fenomenología raras veces llegó a concretarse en un solo proyecto, su primer intento lo hizo Herbert Marcuse; el joven Marcuse influenciado por la analítica existencial y la ontología fundamental de Martin Heidegger intentará crear un primero intento de marxismo fenomenológico, es decir, ontologizar el marxismo y ahí donde Heidegger exponía el Daseín, para Marx era el ser social, el trabajo vivo como forma de aprehender-comprender-transformar la realidad, en ambos casos, el ser-ahí, el sujeto cognoscente deviene en ente para así a través de la transformación de la realidad, en Marx a trasvés de la dialéctica hombre-mundo, en Heidegger en como el ente, Daseín se encuentra arrojado a la nada, en Zubiri sería el problema de la religación del hombre como animal sentiente y animal de realidades. En Ontología de Hegel, Marcuse intentará crear un marxismo fenomenológico para así después ir girando a la teoría de la historicidad de la filosofía de la praxis (Gramsci) hasta llegar a obras como Razón y revolución y El Hombre Unidimensional en donde Marcuse se alejará casi en su totalidad de la analítica existencial. Estos estudios interdisciplinarios entre fenomenología fueron continuados y abordados por diferentes pensadores como Merleau Ponty, Kostas Axelos y por supuesto por Karel Kosik. La primera noción que tuve de Kosik fue a través del filosofo Francisco Fernando Santos en su libro Historia y filosofía, en su capítulo “Un nuevo filosofo marxista ha aparecido” ese filósofo era Karel Kosik. Adolfo Sánchez Vázquez tradujo la obra del checo al español siendo publicada por editorial Grijalbo en los 60 con un prólogo y presentación de Sánchez Vázquez. La obra fue muy bien recibida en los círculos marxistas heterodoxos y algunos marxismos militantes, ya que la obra se oponía al marxismo soviético y al manejo del Diamat ruso, la bifurcación escolástica de Materialismo histórico y materialismo dialéctico fue creada por el marxismo ulterior a Marx, sobre todo por Antonio Labriola, Plejanov y Lukács. En Marx joven y maduro dicha caracterización no estaba tan clara. Dialéctica de lo concreto y los problemas del hombre y del mundo trata de forma fresca problemas teóricos, gnoseológicos, epistemológicos y ontológicos que el marxismo no había sistematizado de forma clara, al menos no de forma profunda desde el marxismo occidental y desde el mismo marxismo clásico. Kosik habla del mundo de la pseudo concreción y su destrucción. Fenomenológicamente el mundo se nos presenta como un caos de hechos, cosas y situaciones, el mundo de los fenómenos, el mundo de los hechos fetichizados de las relaciones enajenadas y el mundo de las relaciones comunes. Para llegar a la cosa misma el hombre nos dice Kosik debe dar un rodeo sobre la cosa, para así poder aprehender la esencia de las cosas, es decir, lo que son realmente, este proceso de la praxis onto-creador en términos heideggeriano-marxista es como el mundo de la pseudo-concreción desparece y se accede al mundo de la concreción. En ese sentido la tarea de la filosofía radical es destruir la pseudoconcreción y alcanzar lo concreto. La dialéctica, la ontología (filosofía) inicia a ejercer su rol, dándole movimiento a la realidad que se nos presenta de forma fragmentaria y caótica, la realidad cosificada y reificada de las relaciones humanas en el modo de producción capitalista y sociedad de consumo (Z. Bauman) Y que aquello cosificado es producto de la praxis transformadora del hombre. Por eso Marx insistía en lo sintético de la realidad, lo concreto es concreto, porque es síntesis de múltiples determinaciones y unidad de lo diverso. La metafísica de la vida cotidiana consiste en que el hombre se encuentra inmerso en un mundo lleno de cosificaciones y pseudo concreción y que sin romper esta alienación y fetichismo en la que el mismo es el creador, la destrucción del mundo alienación y pseudo concreto es sine qua none para la liberación de las esclavitudes históricas. El hombre como ente ontocreador del devenir histórico social, sabe y aprehende que la reacción de nuevas significaciones (Castoriadis), relaciones sociales, y productos humanos, y que la dinámica histórica depende de su práctica, de la acción concreta en el mundo, en lo histórico. En ese sentido para Marx y Kosik el conocimiento del mundo solo se puede lograr al mismo tiempo que su transformación concreta, es decir, como practica revolucionaria. Para Kosik lo concreto sería el resultado constante de la practica histórico-social del hombre, en ese sentido considero que- y esto no lo aclara tanto Kosik en su obra, se da una constante dialéctica entre el mundo de la pseudo concreción y la búsqueda de lo concreto, el hombre cotidianamente se encuentra alienado, cosificado, inmerso en esa pseudoconcresion, que es inevitable en ciertos niveles de la realidad, un buen ejemplo es el ser social y psíquico del hondureño y su temor de salir de la cosificación brutal. El hombre sale momentáneamente de la pseudoconcreción y penetra a lo concreto y es así que se desarrolla nuevas significaciones en el campo de lo histórico-social, la dialéctica entre lo nuevo y lo viejo es una guerra sin fin donde lo nuevo aun mantiene estructuras de los viejo. En este sentido el proyecto de Kosik guarda cierta relación con la fenomenología husserliana de ir a las cosas mismas; el mismo cometido tiene la dialéctica, tanto en Marx, Marcuse y Kosik, ir a las cosas mismas. La búsqueda de lo concreto es permanente en el hombre y también lo es el estado de fetichización, el marxismo nos dice que este estado se evaporará cuando se alcance el reino de la libertad, la sociedad socialista, pero esto suena más a utopía abstracta que utopía concreta siguiendo a Ernst Bloch. El marxismo en algunos momentos parece crear más problemas que soluciones, pero en cierta medida esa es la radical naturaleza de la filosofía, la de crear buenas preguntas que respuestas y soluciones cerradas. En este caso el Marxismo por sus elementos de cientificidad y totalidad, como filosofía de la historia y de la praxis transformadora pretende dar elementos de como se puede evaporar el estado de enajenación del hombre contemporáneo. Aun son grandes problemas como el mejoramiento de los sistemas democráticos formales, democratizar las economías de mercado, socializar los recursos, detener la destrucción del planeta, etc. Ya para terminar nuestro escrito sobre nuestro filósofo checo, Kosik era un ferviente pensador y creyente en un mejoramiento del actual orden de cosas, creyó que el capitalismo explotador y el mundo cosificado y pseudoconcreto de la sociedad de consumo podía ser superado.