Desde la configuración de la ontología hace más de 2000 años en la antigua Grecia con la metafísica de Parmenides se comenzó con una tradición que podemos denominar cómo revolucionaria y radical, en los fundamentos de toda la tradición filosófica de occidente. La ontología como saber que fundamenta a otros saberes (filosofía primera), se pregunta por los principios, componentes, estructuras fundamentales de toda la realidad. En este ensayo usaré los términos ontología y metafísica de forma diferenciada, pues como la tradición filosófica occidental lo ha demostrado denotan distintas experiencias radicales de la naturaleza y condición humana: la ontología como lo decía Heidegger, se limita a la configuración óntica de lo real, es decir, su preocupación son los entes, no necesariamente el tradicional asunto del ser, Ser- ahí como él lo denominaba. Para Heidegger y eso lo compartimos, la metafísica sobrepasa las preocupaciones ontológicas, y es en ese sentido que la metafísica se desarrolla como preocupación de los “meta empírico” de lo meta racional o supra-físico. Si bien es cierto que existe una constitución ontológica por ejemplo para una poesía de la tragedia o una ontología de la tragedia griega analizada por Nietzsche o una ontología existencial de los “poetas malditos”. Lo cierto es que ambas disciplinas radicales de la filosofía como la ontología y la metafísica son necesarias para el estudio previo de todo problema filosófico, socio-histórico, existencial y de la condición humana en su totalidad. Pero algo si ha dejado claro la tradición filosófica de occidente, a saber: que la ontología y la metafísica son indispensables para la edificación del conocimiento sistemático y ambas se ocupan de experiencias radicales de la naturaleza histórico-existencial del ser humano.
El problema del ser ha sido desde los mismos inicios de la especulación filosófica el ABC de toda teoría sobre la realidad y de la misma filosofía. La filosofía griega inicia sobre el problema medular de que es el ser, con las discusiones de Parménides y Heráclito, aunque siendo disertadas de forma poética en algunos casos, los filosófos griegos llegaron a intuir de forma radical el devenir y la mecánica del todo, lo que se llamó Physis, naturaleza en griego. En el siglo XX hay un despertar por la preocupación metafísica y ontológica, con el filósofo alemán Martin Heidegger y la creación de una ontología fundamental, por la senda abierta por su maestro Edmund Husserl. Después de Kant asevera E. Nicol en su “Metafísica de la expresión” la ontología y el auge del positivismo decimonónico no dejó espacio para la ontología y la pregunta por el ser. Kant llegó a argumentar que una ciencia del Ser era imposible, inviable, epistémicamente imposible de construir. La filosofía de la modernidad se debatió entre la objetivad y la subjetividad, era el problema gnoseológico el problema medular, no el problema del ser, de lo óntico. Esto hizo que Heidegger se enfrentara con Kant en su obra Kant y el problema de la metafísica. Herbert Marcuse influenciado por la analítica existencial tratará de rescatar el asunto ontológico en Hegel, cuestión que después dejará abandonada por el giro hacia la teoría crítica y el la sustitución de las categorías heideggeriano por el marxismo y el psicoanálisis.
El positivismo, es decir la corriente filosófica que fetichiza los hechos y la experimentación, atacó la ontología y la metafísica en el siglo xx, por tratarse según Carnap y más recientemente Mario Bunge de construcciones teoréticas con falso sustente empírico. Es decir, no se pueden demostrar, ya que para la filosofía científica del circulo de Viena, todo el conocimiento debe ser falsable (Popper) y medible. Aunque Popper se alejó del racionalismo extremo del circulo de Viena. La pregunta por el ser era imparable, la ontológica fundamenta del Heidegger desde la publicación del Ser y tiempo en 1927 creó otra posibilidad de pensar la filosofía y el lenguaje. La senda abierta por la fenomenología de Husserl, de ir a las cosas mismas, el concepto de realidad Husserliana creó las bases para que la filosofía se preguntara por el sentido del ser de las cosas.
¿Pero a todo esto que es la ontología, para qué sirve? ¿Por qué tanto énfasis en algunos pensadores por esta categoría tan abstracta? En países como Honduras, donde los problemas sociopolíticos, económicos son los que aquejan, la filosofía parece salir sobrando, es más posible hacer epistemología, axiología, ética por la proximidad con la realidad inmediata de las ciencias sociales con estas disciplinas. En Honduras no hay una tradición filosófica, como si en otros países como Argentina con Alejandro Korn, Carlos Astrada, Francisco Romero. Filósofos de trabajaron la filosofía, fenomenología y la ontología en siglo XX y dejaron una extensa traición, tradición que le abrió la senda a Enrique Dussel y la ética de la liberación. Es importante mencionar que las ontologías del siglo XX, Husserl, Heidegger, Sartre, Hartman y yo pondría a Zubiri, Castoriadis y Dussel, no hubiesen sido posible sin la fenomenología, pero sobre todo sin Aristóteles: Aristóteles fue el primer gran conceptualizador y sistematizador de la metafísica y la ontología. Reordenó todo el cúmulo de conocimiento del mundo antiguo y creo las categóricas como acto, potencia, esencia. Zubiri teorizó sobre la esencia, en un dialogo con Husserl pero sobre todo con Aristóteles. La categoría del ser es a nivel conceptual algo tan imperante porque nos ayuda a aprehender un nivel de la realidad, nuestra realidad, en sentido Orteguiano, la ontología nos ayuda a entender la vida misma, como nos afrontamos al problema del existir, que es el gran asunto metafísico del hombre, el existir, el existente que piensa, que sabe que está ahí, disparado como una bala a la realidad, y que sabe que no tiene otra opción que habérselas con la realidad. La realidad es para el hombre como una cárcel, ya que es su manifestación sentiente inmediata, radical, a nivel fenomenológico, la vida es la realidad radical, ¿Por qué? Porque no existe otra realidad más palparía para el hombre que su propia vida. La ontología a nivel óntico nos indica cómo debemos sobrellevar la vida, el estar insertos en una realidad, moral, histórica, societal y comunicativa ( Habermas) llevó a la filosofía a desarrollar categorías que explicaran el fenómeno de existir. Xavier Zubiri, filósofo español influenciado por Husserl y Heidegger y en polémica con este ultimo -también desarrolló una ontología, una teoría de la realidad, ya que nuestro pensador español rehuía de usar la palabra ontología. Para Zubiri la filosofía no era fenomenología ni ontología, era metafísica. Aseveración hechas ya al culminar una vida de meditación filosófica. Pero esto no es óbice para sostener con el propio autor que no hizo ontología. Para Zubiri a diferencia de Heidegger no era el olvido del ser el problema, Zubiri siguiendo a Husserl y alejándose del también asevera que es la realidad el problema metafísico y ontológico medular con la cual el hombre debe habérselas, se puede notar la influencia de Ortega en la ontología de Zubiri, el Ratiovitalismo, la de Ortega y Nietzsche la ontología tradicional había olvidado la existencia misma, que es vitalismo puro y radical, en eso el existencialismo insistirá mucho, al igual que el vitalismo de Berson y Ortega. Zubiri sigue la senda abierta por Ortega y el problema de la realidad es la filosofía primera, es la realidad radical del hombre, no es el ser, termino extremadamente general para categorizar todo lo existente. Es de hacer notar que la ontología es vista y concebida como una disciplina oscura pero que responde de forma radical a la naturaleza concreta y abstracta de la realidad, ya que el hombre está en vuelto en una realidad que no toda es reductible a estructuras tangibles y aun método científico, más bien está envuelto en estructura metafísicas, meta empíricas, y es esto lo que los neopositivistas no entienden o no desean entender. El hombre es un ser simbológico como argumenta la antropología, un ser de realidades que crea un desdoblés en la realidad. Con la existencia de lo imaginario, el hombre crea otro mundo categorial, con el cual debe de lidiar, es decir, está arrojado a una realidad concreta, radical, que es su vida, su existencia, pero al mismo tiempo al resolver ese problema, en su existir crea otro mundo de cosas intangibles, como los conceptos, la idea de Dios, que Zubiri llama el problema teologal del hombre. Esa religación según Zubiri es la primera manifestación fenomenológica con la que el hombre se las arregla con la realidad, y de esa contradicción dialéctica, surge el problema de la religación, que es previa a lo religioso. Enrique Dussel ha sometido a la ontología en polémica con otras éticas, la ética del discurso, la ética pragmática de Rorty y Vattimo, la ontología que se había gestado en la modernidad europea, que era una ontología de la dominación, una ontología totalitaria, hay que hacer la critica respectiva, porque hay que ser críticos, esa crítica radical al pensamiento heredado la hizo C. Castoriadis. Dussel critica la modernidad pero sigue a Marx, sigue siendo demasiado marxista, y como se sabe Marx fue heredero de la ontología de la dominación heredada de la modernidad a través de la dialéctica hegeliana. Esto no es sometido a crítica por Dussel, sino que parece que la crítica al marxismo se queda en el marxismo escolástico, pero no en Marx. Castoriadis si llega a criticar la ontología del ser social de Marx, por heredar el racionalismo objetivista de Hegel y ese nudo georgiano de dominación, y que imposibilita la imaginación, lo imaginario y lo simbólico, la praxis. Como bien argumenta Miguel Aponte, y el mismo Castoriadis, Marx se fue por el lado del sistema cerrado y las leyes científicas; lo que posibilitó que el marxismo deviniera en un dogma cuasi religioso. La ontología debe dar respuestas de las estructuras en las cuales el hombre está inmerso, una realidad de enajenación y alienación (Marx), mala fe, inautenticidad ( Sartre) de la creación ( Castoriadis) de la liberación con Dussel. En este pequeño país, sin una tradición filosófica, como Honduras, es importante recapitular las grandes categorías de la ontología y la filosofía primera.
Tegucigalpa. 20 de junio de 2018