Zubiri y Heidegger. La realidad ante el ser Por: Rossel Montes

Xavier Zubiri y Martin Heidegger son dos grandes pensadores metafísicos del siglo XX, uno vasco y el otro alemán, uno fue discípulo del otro, y ambos llegaron ser discípulos de Edmund Husserl, el padre de la fenomenología, de la époque, del método hermenéutico de la que partirán los existencialismos, las metafísicas y hasta las filosofías de la vida para aprehender la esencia de las cosas.

He escrito varios artículos sobre Zubiri, este sería el tercero y unos 4 sobre Heidegger, algunos están contenidos en mi libro aún inédito “Filosofía política, existencialismo y marxismo”. Es imperativo admitir que explicar las posturas metafísicas de estos pensadores es harto difícil por la complejidad categorial que suelen manejar, pero es eso mismo lo que los hace fascinante, porque esa complejidad solo es reflejo de la misma complejidad de la vida misma, la realidad radical. La postura de Zubiri respecto a Heidegger es algo compleja, ya que su pensamiento se irá configurando al calor de la ontología fundamental de Heidegger, entonces la metafísica sentiente y realista de Zubiri irá teniendo varios caminos y matices a medida vaya pasando por lo que dirán sus más fieles interpretes como Ignacio Ellacuría, Germán Marquinez Argote, Pintor Ramos, Diego Gracia, Antonio Gonzales y otros.

La etapa metafísica de Zubiri, que va de la publicación de “Naturaleza, Historia, Dios” a la publicación de “Sobre la Esencia”, su obra de madurez junto con “Inteligencia sentiente” que es una trilogía. El dialogo que Zubiri encarnará con Heidegger hará que Zubiri se vaya alejando en su filosofía de madurez, ya en su etapa metafísica y fase madura de la ontología de Heidegger, lo que dirá Pintor Ramos es la etapa en que Zubiri llegará a crear un sistema metafísico que desafío a Heidegger. Según Diego Gracia, Zubiri describió en 1935 el fenómeno de la religación dialogando con Heidegger. Con el concepto de la religación Zubiri trató de superar y transformar internamente el heideggeriano de Geworfendheit que viene del verbo Werfen y que significa lanzar, tirar hacia delante. De ahí procede también el sustantivo Entwurt, “pro-yecto”, -como “estado de yecto” El concepto de Religación lo podemos encontrar de forma temprana en la especulación filosófica de Zubiri, ya en sus escritos menores y en su primera obra “Naturaleza, Historia, Dios” (Por cierto una obra que no se encuentra en librerías de Honduras y que pude obtener de segunda mano gracias a Olvin Almendares), sobre todo en su última parte se encuentra unos últimos capítulos dedicados al tema de Dios, del ateísmo y las formas de intelección del problema teologal. Es de hacer notar que el concepto de religación que si bien tiene un matiz teologal en Zubiri su mayor razón del uso que Zubiri le da es para problematizar sobre el concepto de lo real, el poder de lo real que es sobre lo que hablaré y sobre lo que girará buena parte de la metafísica y ontología de Zubiri. (Leer mis artículos «La filosofía y metafísica de Zubiri» y «El Problema ontológico en Xavier Zubiri»).

Antes de enfrentarse con Heidegger, Zubiri se enfrenta con la fenomenología de Husserl que como dije arriba será el método hermenéutico de la facticidad para ir a las cosas mismas, del cual partirá la ontología fenomenológica de Sartre en el Ser y la Nada. Husserl pretendió crear una “ciencia pura”, tratando de superar el psicologismo de la época, e ir a las cosas mismas, a la raíz de las cosas, era toda una novedad ontológica en una filosofía occidental que desde Hegel y Kant había problematizado en torno a las relaciones del Sujeto inmerso en el Objeto, Sujeto-objeto. Ya en este momento según Ignacio Ellacuría, la novedad teórica de Zubiri fue superar, ir mas allá de la conciencia pura de Husserl, la vida como realidad radical de Ortega y el ser de Heidegger; Zubiri cree ir más allá porque ninguno de estos filósofos se propuso ir a las cosas como intelección, el hombre dice lo que dice por la fuerza de las cosas, por su relación intelectiva con las cosas, está arrojado al mundo, al sentir el mundo que es una cuestión cognoscitiva, en ese sentido su primer impresión será sentirse arrastrado por las cosas, su maestro Ortega diría arropado por la vida misma que según Ortega es la realidad más radical de nuestra experiencia sensitiva ante lo real. Zubiri pensaba que no estamos arrojados a la nada como diría Sartre, sino que nuestra estructura ontológica está abierta a lo real, y en el poder de lo real nos hace estar atados a las cosas, y en esta dinámica de atadura surge la persona humana, lo que es de suyo, mi yo, siendo Yo con las cosas puedo intelegir y definirme como persona, como animal de realidades. En la apertura con las cosas, el hombre se encuentra con las cosas, y se pone ante ellas, esta apertura es la religación. Zubiri no piensa que la existencia humana es un mero accidente, como pensador teológico cree que la existencia está religada a un Ser Superior, (Este tema seguramente le interesa a mi amigo, sociólogo y teólogo Moisés Cáceres) cosa que no le quita que la existencia humana esté también plagada de contingencia existencial, ya que es apertura, es un habérselas ante la dura realidad, esa dura realidad es donde el hombre debe definir su carácter, su potencialidad para existir, ya que está inmerso en una estructura existencial, que debe al mismo tiempo devenir en un ente histórico, estructura dinámica de la historia y al mismo tiempo un ser que intelige.

A diferencia de Heidegger la metafísica de Zubiri piensa que el hombre es un animal sentiente y no un Daseín, un ser-ahí, antes de un ser-ahí, el hombre primero debió intelegir su puesto en la estructura, por eso la realidad es previa al ser. Heidegger partiendo de la fenomenóloga fáctica de la vida y de Husserl se orilla hacia una ontologización de la realidad, Heidegger piensa desde “EL Ser y Tiempo” que el hombre es la culminación de la existencia, de ente, el hombre es el ente al cual le pertenece la comprensión del ser, el ser existe porque el hombre existe, ya que es el único que puede cuestionar sobre su esencia ontológica. Para Heidegger hay realidad justamente porque hay ser, es el ser el que potencia a los entes, hace que las cosas sea, justamente esa diferencia es la que hace de la ontológica fundamental de Heidegger posmoderna, el olvido del ser, la metafísica se había perdido en las cosas ónticas, en los fenómenos, no en el ser, ¿Pero qué es el ser? Heidegger dirá que es el concepto más complejo de la historia de la filosofía y que viene desde Parmenides de Elea en la antigua Grecia, el ser es y el no ser no es, el hombre como E-yecto a la nada. La nada será un importante concepto que lo atraviesa un aura de oscurantismo, ya que es muy complicado determinar que es la nada. La nada total no existe dirá Sartre, solamente es un límite ante el ser, ya que el mismo pensar en el ser nos pone ante la nada, pero solo como una situación límite, la nada es nuestra posibilidad de libertad dirá Sartre, la nada es la comprensión que somos seres contingentes y abiertos a la realidad, constantemente nos estamos haciendo, y si no nos hacemos, morimos, la realidad se detiene, en ese sentido estamos impelidos ser, pero esa posibilidad de ser está inmersa en una realidad histórica que nos atrapa, pero la nada que es la libertad, nos empuja para adelante, como queriendo escupirnos hacia adelante, en ese dilema onto-existencial el hombre deviene en un ser para el futuro, un animal de realidades, sentiente. Ser, ente y realidad serán tres conceptos que en Heidegger y Zubiri estarán en debate constantemente, el ser potencia al ente, pero antes que haya ser y ente hay una realidad que debe ser intelegida, aprehendida. La ontología fundamental de Heidegger tendrá una aureola de misterio que la va a caracterizar, un red de términos muy complejos para poder explicar lo que Heidegger llamará el Mit-sein, (Leer mi artículo «La crítica de Heidegger al pensamiento occidental» en el Búho numero 23) El ser es la actualidad de lo real en el mundo, en ese sentido el hombre para Heidegger es un ser que abre mundos, su mera existencia de e-yecto a la nada lo obliga de forma totalitaria a la realidad, a ser aun más de lo que ya es, en eso reside la carga contingente de la existencia humana y al mismo tiempo su existencia como libertad y necesidad, entre estas dos se diluye la existencia histórica del daseín. Como se puede ver en Heidegger se da una ontologización de la realidad, no se puede ver una entificación de la realidad cuestión que el mismo intenta superar y es el llamado alarmante que hace, el olvido del Ser. Se confunde el ente con el ser, lo óntico con lo ontológico. Esta cuestión quedará superada en la metafísica de la liberación de Enrique Dussel, como se sabe Dussel al igual que Zubiri no quiere llamar a su ética ontológica, solamente que Dussel logra superar su ontologismo partiendo de la ética del infinito de Levinas, de la crítica Levinasiana a Heidegger Dussel puede crear la metafísica de la exterioridad, la alteridad y la otredad, cuestión que son difíciles de encontrar en Heidegger y Zubiri, tal vez un poco más en Zubiri como lo ha dejado ver la filosofía de Ignacio Ellacuría quien supo continuar la filosofía de la realidad histórica de Zubiri para poder explicar las contradicción de América latina y la pobreza y exclusión.

Tal como parece el debate aun continua, ¿Qué es primero, la realidad o el ser? Tal parece que para que algo sea, sea un ente debe estar inmerso en una realidad, sabemos que son las cosas por nuestra capacidad intelectiva, por nuestra capacidad de aprehender y de sentir, por eso Zubiri hizo tanto hincapié en que nuestra inteligencia es sentiente, nos conformamos y creamos nuestra noción de lo real a través de nuestra capacidad de sentir. El ser aparece porque existe una realidad previa, ser de Heidegger es posterior ya existiendo de forma radical y pura en la realidad, pero el hombre al preguntar de suyo por la realidad tiene la noción de ser, y al mismo tiempo puede preguntar por el ser que cuestiona por el ser, el ser que es una abertura ante la realidad, esta abertura del hombre como ser eyecto al ser y la nada lo hace un ser lleno de inquietudes, pero como dirá Sartre, no es un tipo de angustia cualquiera, el hombre no es que esté angustiado por esto o lo otro, es hombre ya es en sí angustia. Tal como argumenta Jean Wahl en su “Tratado de metafísica”, hay saber separar la angustia de la ansiedad, cosa que hace muy bien Sartre en El Ser la nada, ya que a diferencia de la angustia existencial esta parece ser más calma que la ansiedad, la angustia existencial es algo que acompaña al ser, al poder de lo real y que nos calla y nos mantiene siempre con los ojos abiertos a lo contingente, nos mantiene inquietos, ante el misterio de lo real. Así que lo que causa la angustia, si podemos hablar de algo y causa, no es Nada.

Para terminar nuestro breve escrito: el tema del ser, la nada, la existencia, lo real, el hombre son temas muy presentes en ambos pensadores que serán abordados de diferentes maneras en el recorrido intelectual de ambos, algunas veces coincidiendo y otras veces totalmente en desacuerdo. Zubiri se irá por un realismo radical, Heidegger ser quedará en una ontología fundamental y no logrará superar el idealismo a decir de Zubiri. Para Zubiri la función primaria del hombre no se comprender el ser, sino, es enfrentarse sentientemente con la realidad de las cosas. En ese sentido el ser es una manifestación del poder de lo real.

Publicado por UNAH Estudiantes

El periódico estudiantil al servicio de toda la comunidad universitaria para debatir, criticar reflexivamente y comunicar temas referentes a la Reforma Universitaria y la problemática general de la UNAH y de País

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