La critica de Heidegger al pensar occidental Por: Rossel Montes

Martin Heidegger se sitúa ante nosotros como el pensador más importante de sigo XX, o uno de los más importantes; declaró la destrucción de la metafísica, le recordó a la filosofía occidental el olvido olímpico del ser, la necesidad de una nueva fundamentación de la verdad del ser y el sentido del ser, de una reelaboración de la metafísica, no como destrucción en el sentido de aniquilación u olvido, sino más bien como superación. En diálogo abierto con la filosofía occidental, desde Parménides, Aristóteles, Kant, pasando por la ontología del concepto de Hegel, al despertar existencialista y vitalista de Kierkkegard y Nietzsche.

Martin Heidegger puso en la palestra la importancia de la filosofía primera para comprender la naturaleza histórica de la existencia y el ser humano. En este sentido desde un país sin una tradición filosófica trataremos de abordar la filosofía de este pensador complejo. Las conexiones e influencias que ha tenido la metafísica del ser-ahí de Heidegger y su repercusiones en la metafísica sentiente de la realidad de Xavier Zubiri y lo que son los “Hijos de Heidegger” Karl Lowith, Hannah Arendt, Han Jonas y Herbert Marcuse.

Toda la obra filosófica de Heidegger girará en torno a la pregunta por el sentido del ser, y desde ahí se deben afrontar toda la problemática filosófica heideggeriana: Analítica existencial, destrucción de la metafísica, la crítica a la técnica etc. Martin Heidegger logró su fama como pensador metafísico y existencial con su obra clásica de 1927 “Ser y tiempo” dedicada a su maestro Edmund Husserl el padre de la fenomenología, del cual hablaré más adelante. Debido al impacto de «Ser y tiempo” y con el paso del tiempo los estudios sobre el joven Heidegger se ha intensificado y los estudios sobre la obra tardía de Heidegger, con obras como «Camino del Bosque», «Carta sobre humanismo», «Ontología hermenéutica de la facticidad» y una gran cantidad de libros que algunos casos fueron conferencias dadas por Heidegger en donde se explicaba más las terminologías teorizadas en «Ser y tiempo». El joven Heidegger tendrá las influencias del neokantismo, la filosofía de la vida de Dilthey y la filosofía de la vida de Kierkkegard, pero sobre todo la fenomenología de Husserl, que será el método usado por Heidegger y también por otros filósofos como Ortega, Zubiri, Levinas.

Heidegger parte del neokantismo y de Kant tomará la idea del tiempo, ya que en el tiempo es donde se da la experiencia de la sensibilidad; es en el tiempo en que el ser explaya su historiciad. José Gómez Cafarena argumenta en su metafísica fundamental que Kant fue el filósofo que más trabajó el concepto de tiempo y el que puso un alto al pensar metafísico, y la imposibilidad de una ciencia del ser como dice Eduardo Nicol en su metafísica de la expresión. Por eso todo tratado serio sobre metafísica u ontología inicia con un ajuste de cuentas con Kant, y por esa misma razón Heidegger escribe su obra «Kant y el problema de la metafísica», para demostrar que el tiempo es el único horizonte donde se puede comprender el ser, y que si existe la posibilidad de una ciencia del ser, en palabras de Heidegger una ontología fundamental. Heidegger igual que Zubiri parte de la fenomenología, la fenomenología es un método, un método racional de tomar la realidad por los cuernos, no irse por las ramas, Husserl consideraba a la epojé o reducción fenomenológica un método superior, casi como una ciencia estricta para ir a las cosas mismas, y las cosas mismas no era otra cosas que lo radical de la conciencia. Como argumento Sartre en «el Ser y la nada», toda conciencia es conciencia de algo. Heidegger le dio un giro a la fenomenología, convirtiendo a la fenomenología en un método, y no ya en una ciencia estricta. Heidegger quiere aprehender el ser del ente y la verdad del ser, que es la misma existencia. En ese sentido se dará el giro hermenéutico-existencial de la fenomenología a analítica existencial. Con Heidegger, Zubiri, Sartre la metafísica tendrá a relevancia que tuvo en antaño, solamente que la metafísica del siglo XX a excepción de Zubiri tendrá una impronta existencial, con Zubiri una impronta sentiente.

Podríamos decir que Zubiri castellaniza el problema el ser, con ayuda de la fenomenología y el Ratio-vitalismo de su maestro Ortega. Un tema en el cual hay que profundizar. Es curioso e importante que en pleno apogeo del neopositivismo lógico, el Circulo de Viena y los ataque mortales a la metafísica se publica Ser y tiempo y el ser y la nada de Sartre, dos corrientes irreconciliables para pensadores como Rudolf Carnap y más tarde por Mario Bunge, para el cual la metafísica Heideggeriana es un galimatías sin sentido y Carnap el cual llegó a decir que ningún concepto de «¿Qué es metafísica?» es comprobable. Los neopositivistas olvidan la importancia clásica de la filosofía primera como saber de segundo grado, es decir un saber que fundamenta a otros saberes, esto llegó a comprenderlo un poco Karl Popper. La metafísica es un esfuerzo profundo por comprender al hombre en su totalidad. Al contrario para los neopositivistas la metafísica es un esfuerzo por comprender nada y un camino al misticismo. La metafísica es un acontecimiento del hombre, por el hecho de ser hombre, ser racional, este acontecimiento lleva al hombre a otro horizonte ontológico-existencial en la historia y lo separa del resto de los animales, por eso es animal sentiente como argumenta Zubiri, y sobrepasa todos los horizontes inmediatos que su entorno le impone. Por esa apertura el hombre es un ser metafísico, mientras que el resto de animales viven atrapados en su mundo a-metafísico, en esto están incluidos los neopositivistas que no entienden que hay estructuras de la realidad irreductibles al método científico, por lo menos hasta ahora.

Schodringer solía decir “ que la metafísica es la ciencia del futuro. Lástima que no todos los físicos teóricos comparten tales aseveraciones. La ontología fundamental de Heidegger y la pregunta por el ser dará un giro antropológico, y esto como dice Martin Buber no será una intención de Heidegger de crear una antropología filosófica sino más bien una consecuencia de la creación de una ontología y analítica existencial. Heidegger pone en el centro de sus preocupaciones filosóficas al hombre que no es un ser más sino el ser que cuestión al ser, es el Ser-ahí, no es como la ciencias que estudian aspectos ónticos del hombre, y no su peculiaridad ontológica, tal como lo intenta Heidegger. El hombre para Heidegger no es un “qué” sino una existencia arrojada a la realidad, escupitado, lanzado a la realidad, y en ese sentido somos presos de la realidad, ya que es nuestra realidad última o la vida según Ortega, nuestra ultimidad epistémica porque es de esa forma que conocemos que es la realidad y tenemos acceso a ser de las cosas. Esa condición de ser en el mundo Da-sein, como un estructura en el mundo que Heidegger llamaba “Mit-sein” o “momento estructural del ser en el mundo” y el “Das-man” momento del ser con otro. Por eso Heidegger da el giro antropológico y hace una revolución teórica con su crítica a la metafísica con el olvido del ser, el hombre para Heidegger es un ser que efectivamente está en el mundo, pero no es un ser como todos, en el todo estructural, sino que la existencia del hombre es una apertura en la existencia, es una puerta para entender toda la realidad, el hombre es un ser que “abre mundos”, rompe la realidad y desdobla la realidad. El da-sein y el mit-sein sobrepasan la realidad inmediata, lo meramente empírico y proyectarse hacia un mas allá, como posibilidad de ser, hacia el futuro, hacia lo que no es. En este sentido el proyecto filosófico de Heidegger de la renovación de la metafísica será un esfuerzo por comprender la vida misma, la filosofía es para Heidegger la vida explicando sus fundamentos, su ultimidad, su razón de ser, ¿Y cuál es el ente que existe? Pues el hombre, el da-sein, en estructura con el mit-sein. Heidegger intenta explicar la estructura paradojal de la existencia del Da-sein. Al estar arrojado el hombre a la existencia, este obtiene conciencia de su libertad y esto como Sartre dijo trae angustia, una angustia que solo puede ser calmada entendiendo su puesto en el todo. Al mismo tiempo que Heidegger critica duramente la filosofía de su tiempo somete a crítica la razón instrumental como su crítica a la razón técnica; la instrumentalización del ser humano por la técnica será para Heidegger una derivación del olvido de la pregunta por el ser, su consumación. En este sentido Heidegger es un posmoderno que va más allá de la modernidad. Al contrario de Marx quien veía en la técnica un método para la liberación del hombre, Heidegger ve en la técnica un posibilidad de dominación. Las criticas severas hechas por Habermas y Castoriadis a Marx y el reduccionismo del todo a lo económico podrían ser un camino para entender las grandes complejidades de dos pensadores que han incluido en el siglo XX: Marx y Heidegger.

El esfuerzo teórico de Heidegger será una renovación de los viejos postulados de la metafísica aristotélica y pre-platónica, pasando por la epojé husserliana y el vitalismo histórico de Dilthey el cual le dio a Heidegger la posibilidad de superar la fenomenología y de entender que la conciencia del yo no es absoluta, sino que es un yo histórico. Algo similar ocurrió en Ortega y Gasset el cual se encontró con el peculiar problema ontológico de la realidad, y superar así la fenomenología. Ortega une la razón con la vida, el vitalismo critica a las filosofías racionalistas que habían reducido la existencia (Kierkkegard) a meros conceptos a esas dualidades de sujeto-objeto que encontrará en Hegel y la ontología del concepto su más grande expresión. Hegel será la culminación de la modernidad dirá Zubiri, en él el sistema cerrado tendrá su devenir y realización última, tomando Marx algunos elementos de ese sistema, el cual el dijo que había “puesto sobre cabeza”, cosa más alejada de la realidad. Marx nunca le dio vuelta al sistema de Hegel, tomo elementos y compartió su racionalismo, su núcleo toral tomó lo que él consideró útil para su proyecto teórico. Si bien la filosofía del siglo XX fue un diálogo con la filosofía de Hegel, sobre todo la vertida en su obra mayor “La fenomenología del espíritu” una verdadera Muralla a decir de Martin Mejía, lo mismo se podría plantear de Martin Heidegger y su revolución teórica como en el siglo XX. Si Marx hizo una revolución teórica como dijo Althusser en el siglo XIX, Heidegger la hizo en el siglo XX. Hablo de revolución por las consecuencias teóricas y prácticas que ha tenido un sistema filosófico como el heideggeriano, influenciado a pensadores de distintas vertientes ideológicas de Marcuse a Richard Rorty, de Levinas a Gustavo Bueno. Un pensador que tuvo presencia e influencia en Latinoamérica con pensadores como Carlos Astrada en la Argentina, Leopoldo Zea, algunos teóricos de la filosofía de la liberación como Enrique Dussel, y últimamente la escuela fenomenológica de Bogotá con sus estudios sobre Heidegger y acercamientos a Zubiri en Germán Guillen Vargas en su tratado de Metafísica y Pensar sobre nosotros. La presencia de Heidegger en nuestro País, pues hay que construirla. Hay que iniciar por el camino trillado y difícil del pensar metafísico, de la filosofía primera, de la epistemológica y del pensamiento complejo. La tarea es complicada pero no imposible.

Publicado por UNAH Estudiantes

El periódico estudiantil al servicio de toda la comunidad universitaria para debatir, criticar reflexivamente y comunicar temas referentes a la Reforma Universitaria y la problemática general de la UNAH y de País

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