La titular de la Vicerrectoría Académica de la UNAH, Belinda Flores, con una actitud arbitraria y autoritaria a la usanza del julietismo, débil pero aún enquistado en algunas dependencias de la universidad, tiene bloqueadas las oficinas de la Dirección de Promoción y Permanencia DIPP-Registro por lo que miles de estudiantes no pueden realizar sus trámites de certificaciones e historiales entre otros, obstruyendo de esta manera los procesos de titulaciones.
Las autoridades correspondientes le han solicitado a la directora de Registro Suyapa Rivera para que ésta, mediante los protocolos de bioseguridad pueda aperturar las oficinas y que el estudiantado pueda realizar los trámites antes mencionados. Sin embargo, Rivera amparada bajo la intransigencia de Belinda Flores prefiere tener cerradas las puertas de Registro y congelados los procesos de titulación de miles de jóvenes necesitados de empleo frente a esta crisis sanitaria y económica que se enfrenta a nivel mundial. De la misma manera, Belinda Flores ha influido en la Dirección de Educación Superior para que ésta mantenga sus puertas cerradas y de esta manera se nieguen a atender a miles de profesionales que buscan validar e incorporar sus títulos.
Cabe mencionar que la UNAH ya cuenta con 21 Protocolos de Bioseguridad referente a las instrucciones facilitadas por un trabajo en conjunto con las autoridades sanitarias, universitarias y la Secretaria de Trabajo y Seguridad Social (STSS), así como de las instrucciones de la Organización Panamericana de la Salud OPS.

Cabe recalcar que el Sindicato de Trabajadores SITRAUNAH no se opone al retorno progresivo, organizado y controlado de las actividades de la universidad, siempre y cuando se garantice la bioseguridad de los trabajadores, manifestado en su pronunciamiento publicado el 20 de enero del 2021 en su página oficial de facebook, para abrirlo dele clik aquí.
Además de lo grave expuesto anteriormente, Belinda Flores sigue pisoteando a los docentes de la UNAH, abusando con excesiva carga a docentes con permanencia para evitar contratar a profesores por hora que sin importar si tiene 5, 6 u 8 años de antigüedad les dejaría sin contrato y desempleados, a todos los profesores por hora desde el IIPAC 2020 sólo se le ha asignado una clase virtual de tres unidades valorativas, eso significa que han recibido un salario paupérrimo, pero más grave aún es que varios de estos profesores no se le ha asignado ninguna clase, prácticamente han sido despedidos. Esto no es algo novedoso, ya sucedió con Julieta Castellanos en los periodos reprogramados por las tomas de la UNAH por parte del MEU en el 2016 y 2017 respectivamente.
Belinda Flores ha creado secciones de 60, 70, incluso 100 estudiantes para Biología, Matemáticas, Español, Filosofía, Sociología y otras asignaturas generales. Que desde el punto de vista pedagógico, la asignación de cupos para las clases en algunas asignaturas donde a muchos docentes les asignan una carga de 240 alumnos, con una tasa de actividad superior a la regular, implica un bajo rendimiento en la cátedra, ya que en la mayoría de casos los docentes no se dan a basto para poder revisar el volumen de exámenes y trabajos que esa carga excesiva representa.
Normalmente, en presencialidad, un docente que imparte este tipo de clases con alta demanda, se le asigna una sección de 50 a 60 alumnos como máximo, que se torna aún antipedagógico por razones obvias y de infraestructura. Ahora bien, en las clases virtuales normalmente se debería de asignar de 35 y cuando mucho 40 estudiantes por sección, para generar una mejor atención personalizada al estudiante.

Pero, aunque los docentes permanentes estén capacitados con las herramientas virtuales, atender una carga completa de 12 unidades valorativas, que en clases de lunes a jueves (4 unidades valorativas c/u) serían 3 secciones, con 50 alumnos, implicaría la atención de 150 alumnos; el asunto es que, además de impartir la clase (tiempo de preparación y programación de actividades ), revisar sus tareas, el docente debe darle atención personalizada a cada estudiante, aclarar sus dudas, pero con esa gran cantidad de estudiantes en una sección es muy difícil estar al pendiente de 240 estudiantes en línea.
Revisar y programar actividades enfocando a cada una de sus necesidades según la inteligencia emocional tanto de los alumnos como de los docentes, dificulta individualizar por qué no facilita crear clases generalizadas sin enfocarnos en la individualidad de cada estudiante.
Un(a) docente podría revisar 2400 tareas, 1680 ejercicios por parcial, lo que significaría un trabajo exhausto. Pero, además de ello, atender dudas y comentarios las 24 horas del día, los 7 días de la semana, además de seguir la programación, es casi imposible. Todo esto tiene fuertes implicaciones en el deterioro de la calidad educativa en la UNAH.
Para mayor información recomendamos el artículo Repensar las aulas universitarias donde se exponen tres dimensiones de análisis (Pedagógica, ambiental y tecnológica) que se deben considerar para un buen espacio de aprendizaje. También consultar con Principios para el diseño de las aulas universitarias.
Belinda Flores es una reminiscencia de la corrupción de los gobiernos universitarios cachurecos de Oswaldo Ramos Soto, René Sagastume Castillo, Ana Belén Castillo, Raúl Antonio Santos y Guillermo Pérez Cadalso; que se enclaustró en la Facultad de Economía y luego se reconfiguró con el régimen autoritario y corrupto de Julieta Castellanos bajo el «pacto» de gobernar la UNAH entre cachurecos y ex-sindicalistas de la década de los 90′.
La incompetente vicerrectora académica Belinda Flores, denunciada en el 2012 por cometer fraude académico y falta a los deberes de los empleados o funcionarios públicos, actuó al margen de la Normas Académicas de la UNAH y del Consejo Universitario, hecho comprobado por el peritaje del Ministerio Público y sentenciado por la Corte Suprema de Justicia. Fue abrazada por la plena impunidad del corrupto régimen julietista cuando Aleyda Romero directora presidenta de la Junta de Dirección Universitaria junto con Julieta Castellanos emitieron el Oficio JDU-UNAH N°222-14 del 13 de junio del 2014 donde manifiestan que no encuentran ningún documento que la inhabilite de su cargo y que no existe sentencia contra su protegida. Pese a habérsele demostrado el fraude académico, el julietismo la premió dándole la titularidad de la Vicerrectoría Académica, sin tener una pisca de competencia para ejercer dicho cargo, que debería de asumir un pedagogo con especialidad.
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